El sushi ha recorrido un largo camino desde sus orígenes en Japón hasta convertirse en un plato ampliamente consumido en Colombia. Aunque inicialmente fue visto como un producto exótico y exclusivo, hoy forma parte del panorama gastronómico urbano, con propuestas que combinan técnicas tradicionales y sabores locales.

Este proceso de adaptación no solo ha permitido su expansión, sino que ha dado lugar a una identidad propia: un sushi colombiano, fresco, creativo y lleno de contrastes.

El sushi llegó a Colombia hacia finales de los años 80 e inicios de los 90, principalmente en ciudades como Bogotá y Medellín, donde algunos restaurantes japoneses comenzaron a ofrecerlo a un público curioso pero limitado.

En esa época, el sushi se consideraba un producto gourmet. Estaba reservado para ocasiones especiales y su consumo se asociaba a un público con mayor poder adquisitivo o interés por la gastronomía internacional. La mayoría de propuestas eran fieles a la tradición japonesa: nigiris, sashimis y makis con ingredientes como atún, salmón, alga nori y arroz avinagrado.

Con el tiempo, el sushi comenzó a evolucionar para adaptarse al paladar colombiano. Surgieron fusiones con ingredientes locales como:

  • Aguacate, mango, plátano maduro y queso crema

  • Proteínas como pollo, camarones empanizados y tocineta

  • Salsas dulces o picantes como teriyaki, salsa dinamita o aceites de ajonjolí

Este nuevo enfoque dio paso a lo que muchos llaman “sushi fusión”: rolls con nombres propios, combinaciones creativas, toppings crocantes y sabores intensos. Aunque no siguen las reglas clásicas japonesas, son una reinterpretación que refleja la identidad colombiana.

Durante los años 2000 y 2010, el sushi pasó de ser exclusivo a volverse accesible y cotidiano. Restaurantes especializados comenzaron a abrir en ciudades intermedias como Pereira, Armenia, Bucaramanga o Ibagué, y aparecieron formatos de sushi para llevar, comida rápida, y servicios a domicilio.

Además, plataformas como Rappi, iFood y Uber Eats facilitaron su masificación. Hoy, es común ver combos, promociones y hasta buffets de sushi al alcance de un público diverso.

Actualmente, el sushi en Colombia no se limita a los sabores clásicos ni al simple consumo. Se ha convertido en una experiencia gastronómica, con:

  • Restaurantes temáticos y gastrobares

  • Opciones veganas, sin gluten o con ingredientes premium

  • Personalización del roll al gusto del cliente

  • Presentaciones llamativas, como el sushi burger, keizandwich o temakis artesanales

En lugares como Keizaki, el enfoque combina la calidad de ingredientes frescos con técnicas orientales, pero integrando la creatividad colombiana en cada roll, wok o bebida.

La evolución del sushi en Colombia es un ejemplo de cómo una tradición puede mantener su esencia mientras se adapta a nuevos contextos culturales. El respeto por la técnica del arroz, el uso de pescado fresco y la estética siguen siendo pilares, pero ahora conviven con sabores más intensos, presentaciones coloridas y opciones más asequibles.


Fuentes: